sábado, 29 de enero de 2011

Ahora... nada




Llevo una hora sentada delante del ordenador sin pensar en nada. Quizás porque no tengo nada en que pensar. O quizás porque pensar me devuelve a la realidad de algo en lo que no quiero pensar. Sea lo que sea, he perdido la última hora de mi vida pensando, sencillamente, en algo que no debería pensar que, a partir de ahora, es nada.